viernes, 15 de abril de 2016

LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS.

¡Buenos días! Esta semana, para no volver a comentar una noticia, he decidido escribir sobre un experimento social que vi ayer en Youtube y que me gustó muchísimo. ¿Utilizamos los cinco sentidos por igual o hay alguno que influye más en nuestro modo de entender la vida? Pues según este experimento, influye tanto lo que vemos, que a veces nos hace olvidar qué está rozando nuestra piel, qué sonidos están produciéndose a nuestro alrededor, a qué huele o qué saboreamos. El 80% de la información que recibimos entra a través de los ojos.

Para demostrarlo, se elige a varios sujetos y se les lleva cerca del mar. Una vez allí, se les pide que describan el momento. A pesar del olor del mar, del sonido de las olas o del buen tiempo que hace, todos responden mirando al horizonte y diciendo cosas como: “a esta altura el mar se aprecia claramente”, “lo que destacaría sobre todo son los colores, que empiezan a coger ese tono más cálido”, “al fondo puedo ver el mar azul” o “es un sitio con mucha naturaleza, hay muchos pinos”. Es decir, en esa situación pueden sentir miles de emociones pero se centran en las imágenes que perciben con la vista.

Posteriormente, se elige a sujetos que han perdido la visión. Al decirle a ellos que describan el momento, dicen cosas como: “siento el calor, es como una sensación agridulce en mi cuerpo”, “tengo la arena aquí bajo mis pies”, “siento casi el agua, las olas”, “me llena de energía”, “es un momento de tranquilidad, mucha calma, relajación”. ¿Por qué hay tanta diferencia con las descripciones de las personas que sí pueden ver? Al tener la capacidad de ver, desatendemos los estímulos que nos llegan a través de los demás sentidos. Olvidamos la importancia de oler, tocar, escuchar y saborear.

Después de esto, se pide a los primeros sujetos que cierren los ojos, anulando así el sentido de la vista para dejar paso al resto. Al preguntarles qué sienten, dicen: “estoy sorprendida, porque escucho cosas que antes parecían estar mudas”, “no me había dado cuenta, pero puedo sentir el mar”, “noto una sensación de estar flotando”, “huele a pino mojado”, “puedo notar la brisa en mi cara”, “es como si las sensaciones se multiplicaran”, “es como si estuviera en otro sitio, tengo hasta escalofríos y todo”. Es decir, estos sujetos han comprobado que su forma de ver el mundo depende sobre todo de su sentido de la vista, y que no pueden olvidar que tiene 4 sentidos más igual de importantes. Si no utilizan todos más o menos por igual, le cerrarán paso a sentimientos buenos y necesarios cada día. A pesar de lo bonito que considero que es ver el mar, siento cosas indescriptibles al olerlo, al andar por la orilla y sentir la arena y el agua o al escuchar chocar las olas. Cada sentido nos aporta una serie de emociones que no debemos ignorar.


Lo esencial de la vida es invisible a los ojos, por eso besamos, reímos, lloramos y soñamos con los ojos cerrados.



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